miércoles, 21 de noviembre de 2018

La luz del callejón - Letras Kontra las Kuerdas
José Miguel Gómez Acosta


La Asociación del Diente de Oro organiza una nueva lectura del ciclo La luz del callejón en la que, en esta ocasión, aunará poesía y música. Como siempre La Expositiva (C/ Cárcel Alta, 7).

Letras Kontra las Kuerdas
José Miguel Gómez Acosta

Lunes, 26 de noviembre de 2018
21.30 horas


Letras Kontra las Kuerdas es un proyecto de poesía y música cuyos integrantes son Óskar Kontra las Kuerdas (banda formada por Óskar García, compositor, poeta, guitarra y voz y Carlos Pérez García, guitarra y arreglos), y José Miguel Gómez Acosta, poeta.
Letras Kontra las Kuerdas es una sucesión de poemas y canciones que a veces surgen de los libros para hacerse música y a veces desde la música saltan a la poesía, en un camino de ida y vuelta. Poemas de libros como El gran norte y La luz sitiada (José Miguel Gómez Acosta), En cuerpo y alas (Óskar García) y de autores publicados por Márgenes Arquitectura Editores como El jardín de atrás (Elías Knörr) o La estación del olvido (Alberto Sánchez López) se transforman en música. Mientras que las canciones de Óskar contra las Kuerdas se hacen poemas en la voz José Miguel Gómez Acosta. Una experiencia inmersiva que va desde las tierras del gran norte hasta los secaderos de tabaco de la vega de Granada.

José Miguel Gómez Acosta (Almería, 1975) es arquitecto, editor, poeta y articulista. El gran norte (Point de Lunettes, 2015) obtuvo el Premio de Poesía Federico García Lorca de la Universidad de Granada. También ha obtenido el IV Premio de Poesía Experimental Francisco Pino de la Fundación Jorge Guillén. En la editorial Contenidos Marginales ha publicado La luz sitiada (2017), en colaboración con el pintor Francisco Carreño, y una versión bilingüe, en español e islandés, de El gran norte (2018). Dirige la revista Márgenes Arquitectura junto a Daniel López Martínez.

Para abrir boca, un poema:

Aquí donde yo estoy no ha estado nadie nunca

Donde termina el mapa es allí donde empieza.
Y no hay para llegar ni un solo tren, sólo una carretera, algunos coches.
Es un clima muy frío; por las mañanas nieva bajo los alerones de las casas.
La luz sólo se ve de tarde en tarde partiendo las ventanas en cruces amarillas un instante.
Hay duchas en las calles, agua caliente y muchachos desnudos que nunca te saludan.
Un lago pequeño y prodigioso regala a la ciudad cientos de aves.
En el café París al bajar a los sótanos un mapa nos recuerda la existencia de Europa.
La catedral católica es el castillo sucio de los niños.
Nieva por la mañana y la nieve se cuela bajo la tierra negra de las calles levemente empinadas.
A veces llega un barco y todos desbrochan sus camisas en señal de alegría.
A veces suena el tiempo en la torre vigía inmensamente antigua construida hace diez años.
A veces las montañas no muy altas logran aparecer detrás de las estatuas.
Son doce las estatuas, una por cada mes, todas son negras.
Es un clima muy frío; nieva por las mañanas y por la tarde llueve, no hace falta paraguas.
Se encienden por las tardes las luces de las calles, pasan algunos coches.


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